¡Que pequeño es el mundo!

 


Ammy Reyes

"¡Que pequeño es el mundo!" escucho con rabia muy seguido. Vivo en un mundo pequeño cuando no quiero volver a ver a una persona desagradable en mi vida, esperando que se disuelva como una lágrima en el océano, en este inmenso mar de gente, que se diluya entre otros millones de personas. Pero no, no hace falta mucho tiempo para volverme a topar con esta persona y escucharle decir gustosamente "¡pero que pequeño es el mundo!”, mientras a mí se me derrama la bilis. 


El mundo sí que me parecía pequeño, tan pequeño que creía poder devorarlo de un bocado, conocerlo todo. No fue hasta que perdí mi aguja en un pajar cuando fui consciente de las dimensiones reales de nuestro planeta, el mundo se me extendió en un simple descuido. Si buscas una aguja en el pajar la forma en que seguro la encontrarás será pinchándote el dedo con ella para luego llevarte el dedo a la boca siendo ese dolor tan efímero en comparación de la gran alegría que da encontrar lo que hemos perdido: ¡Habrás encontrado tu preciada aguja! En un pajar que no te parecía tan grande antes de perderla y después de hacerlo duplicó su tamaño de pronto. Es así como me siento, después de perder la pista a alguien, en un mundo que es tan grande y que con descaro lo llamamos pequeño como si pudiéramos poseerlo, hasta que nos da una lección, se para de manos y con el mismo descaro respinga "venga, ahora ven tú a buscar lo que perdiste, como una lágrima en el mar o una brizna de paja en un millar de agujas".

0 Comentarios